“Casi siempre es algo que toco en el piano”, dice el cantautor Randy Newman a Rolling Stone sobre el momento de génesis en su oficio, el primer paso que da hacia una nueva melodía e historia. “Me inspira un código de algún tipo: quizá una letra falsa, algo de lo que pueda deshacerme. Pero después de un par de líneas, se convertirá en lo que va a ser.
“Siempre ha sido un trabajo”, dice Newman, de 73 años, uno de los más grandes y aclamados compositores del pop estadounidense durante más de medio siglo y compositor de películas de animación ganador de un Oscar. “Voy al piano y se supone que tengo que pensar en algo. Siempre ha sido así, quizá por la forma en que crecí”
Nacido en Los Ángeles y criado durante un tiempo en Nueva Orleans, Newman -que acaba de publicar Dark Matter, su primer álbum de estudio en nueve años- estaba predestinado a dedicarse al negocio de su familia. Sus tíos Alfred, Lionel y Emil Newman fueron famosos compositores de Hollywood con diez Oscars y más de 50 nominaciones entre ambos. El padre de Randy era médico. Pero “de niño, estudiando música”, dice Newman, “es hacia donde esperaba dirigirme”.
Tomó el camino largo, empezando a principios de los sesenta como compositor para otros cantantes. Muchas de sus primeras canciones clásicas fueron grabadas por primera vez o fueron éxitos para artistas como Gene Pitney, Dusty Springfield y Three Dog Night. El único gran éxito de Newman con su propio nombre fue la alegre sátira de 1977 “Short People”. Pero sus seis Grammys y su entrada en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2013 reflejan el impacto mayor y duradero de la escurridiza narrativa de Newman, su observación social y sus melodías arrebatadoras, emitidas con una voz singular, inexpresiva, de tipo Everyman.
El único problema de Newman al repasar esta lista: No siempre podía recordar cuándo escribió qué, si era “1967 en lugar de ’65 o ’66”. Lenny lo sabría. Debería haberle preguntado antes de hacer esto”.