Cuando las relaciones son buenas, son geniales. Pero cuando son malas, tienen el potencial de dañar mucho más que tus sentimientos. De hecho, cuando una relación hace más daño que bien, puede destrozar tu autoestima, alterar el curso de tu vida e incluso llevarte por un camino de vida del que acabas arrepintiéndote.
Cuando trabajé con individuos y parejas como defensora de víctimas de la violencia doméstica y educadora de sexualidad responsable certificada por Planned Parenthood, vi lo rápido que una mala relación tenía la capacidad de destruir completamente una vida. Las mujeres con las que trabajé estaban en el lado extremo de la valla – las que perdieron sus casas, trabajos, hijos y cordura a manos de un abusador violento.
Pero sólo porque una pareja no te pegue, o una relación no sea abusiva, no significa que sea saludable. Cuando pasas demasiado tiempo en una relación insana, ésta empieza a cambiarte. Hay señales por todas partes de que las cosas van en mala dirección, pero son difíciles de ver desde dentro. Los amigos y la familia pueden notarlos antes que tú.
Si no te gusta la forma en que una relación ha cambiado tu vida, tienes todo el derecho a terminarla. Si te sientes insegura o necesitas ayuda, llama a la Línea Nacional de Violencia Doméstica, ya sea para pedir consejo anónimo o para obtener recursos de escape.
Eres más infeliz que feliz
Ninguna relación es un maratón de alegría. Hay momentos difíciles, aburridos e irritados. Pero esos momentos pasan, y la relación en su conjunto debería darte más felicidad que dolor. Esa constante corriente subterránea de infelicidad se extiende a todas las demás áreas de tu vida. Si echas un vistazo a tu relación y te das cuenta de que eres infeliz la mayor parte del tiempo, es hora de hacer algunos cambios.
Tus amigos no dejan de quejarse
Tus amigos te conocen. Si se quejan de que no eres tú mismo, de que nunca estás cerca o de que están preocupados por ti, probablemente tengan al menos un poco de razón. Los maltratadores tienen una forma astuta de aislar a sus víctimas de sus amigos y familiares de una forma que puede no quedar clara hasta que todos se hayan ido. Si tu pareja siempre tiene algo negativo que decir, o siempre encuentra una manera de mantenerte en casa cuando quieres salir, es una enorme bandera roja.
Estás completamente desviado
El nuevo amor es totalmente dichoso, y muy distraído. Cuando las personas inician una nueva relación, no es raro que el trabajo, las aficiones escolares y los amigos pasen a un segundo plano en este periodo de luna de miel. Pero en una relación sana, con el tiempo ambos miembros de la pareja vuelven a encarrilar sus vidas. Si tu relación sigue distrayéndote hasta el punto de poner en peligro tus objetivos, puede que se trate de un mal momento. Si no consigues poner en orden tus prioridades, es posible que tengas que cuestionar tu relación.
Ya no eres tú mismo
Algunas personas tienen la insana costumbre de perderse en sus relaciones. Dejan de hacer las cosas que les gustan y pierden el interés por sus propios intereses. Pueden asumir los intereses de su nueva pareja, o la relación puede convertirse en su único interés. Este tipo de comportamiento es codependiente y muy problemático. Está bien dar una gran parte de ti a tu pareja, pero no puedes dar todo tu ser. Haz un balance de las cosas que solías amar y asegúrate de que también las sigues amando.
Estás siendo maltratado
Muchas de las personas con las que he trabajado sabían que estaban siendo maltratadas, pero sentían que el amor lo valía todo, que el amor era lo único que importaba. Las personas en relaciones abusivas tienen buenos momentos, sienten un profundo amor, e incluso se extrañan. Eso hace que parezca que hay algo que vale la pena salvar. Estoy aquí para decirte que eso no es cierto. El amor no es nada sin respeto, seguridad y confianza. Es difícil perder a alguien que amas y aceptar la realidad de que tu relación no es buena para ti, pero si te quedas, existe la posibilidad de que tu agresor te mate. Esto no es una hipérbole. Es la verdad.
No tienes límites
Una relación sin límites es una bomba de relojería. Los límites son como líneas en la arena. Permiten a tu pareja saber cómo quieres que te traten, con qué te sientes cómodo, cuál es la mejor manera de discutir y mucho más. Si no tienes límites, es probable que pases la mayor parte del tiempo discutiendo, sintiéndote molesto o resentido, o preocupándote por el estado de tu relación. Esto se remonta a ser feliz más que a ser infeliz.
Tu pareja se aprovecha de ti
¿Sales con un hijo adulto? ¿Haces todas las tareas domésticas, te encargas de todas las responsabilidades y ganas todo el dinero mientras ellos no hacen aparentemente nada? Es difícil que te centres en las cosas que te hacen feliz cuando toda tu energía física y emocional se va en hacer el trabajo de vivir la vida de dos personas. No estoy hablando de una pareja amorosa en la que uno de los miembros tiene necesidades específicas y el otro ayuda a cuidarlas. Hablo del ambiente tóxico que se crea cuando un adulto permite a otro evitar su responsabilidad. Al final te pasará factura hasta que llegues a un punto de ruptura.
Caminas sobre cáscaras de huevo
El maltrato no es sólo violencia física. Si tu pareja utiliza la ira y la intimidación, aunque sea de forma indirecta, para hacerte sentir que tienes que actuar de cierta manera, o estar en casa a cierta hora o te meterás en problemas (sea lo que sea que signifique problemas en tu situación) entonces estás en una situación de abuso. Ninguna persona debería sentirse prisionera de los deseos de otra persona, o víctima constante de su ira.
Estás esperando a que cambien
Si estás esperando a que tu pareja cambie, podrías estar esperando eternamente. Esta espera podría estar reteniendo algo o a alguien realmente maravilloso. Conformarse nunca está bien. Hace falta valor para dejar una situación que está totalmente bien, pero que no te satisface, por la razón que sea. Todos cambiamos en las relaciones, pero eso sólo es saludable cuando amamos a nuestra pareja tanto si cambia como si no. Si esperas ese día mágico en el que tu pareja se convierta en lo que desearías que fuera, casi siempre te decepcionarás.
Recuerda, nunca tienes que quedarte en una relación, incluso en una buena, si no es lo mejor para ti, o si se interpone en tus objetivos y tu felicidad. Las relaciones no son lo único en la vida.
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