Se han observado pocos efectos secundarios en adultos que toman suplementos de menos de 2.000 mg de vitamina E natural o sintética al día durante unas pocas semanas o unos pocos meses.
No se han estudiado adecuadamente los efectos secundarios que se producen como resultado de la administración de suplementos de alfa-tocoferol a largo plazo. La posibilidad más preocupante es la de una alteración de la coagulación de la sangre, que puede aumentar la probabilidad de sangrado (‘hemorragia’) en algunos individuos.
Algunos médicos recomiendan interrumpir la administración de suplementos de vitamina E en dosis altas un mes antes de una cirugía electiva para disminuir el riesgo de hemorragia.
Los lactantes prematuros parecen ser especialmente vulnerables a los efectos adversos de la suplementación con alfa-tocoferol, que debe utilizarse únicamente bajo la supervisión controlada de un pediatra (71).
Según una revisión estadounidense de 2013, existen mecanismos biológicos para eliminar de forma rutinaria los posibles niveles excesivos de vitamina E, y hacen que sea casi imposible tomar una cantidad perjudicial (81). Se identificaron dos sistemas principales en el hígado que trabajan para controlar el nivel de vitamina E en el cuerpo, y excretan rutinariamente cantidades excesivas. Las ingestas muy elevadas conseguidas a través de la suplementación sólo consiguen duplicar los niveles tisulares de vitamina E, lo que no es perjudicial. Los investigadores comentaron que los niveles de vitamina E en el cuerpo nunca pueden llegar a ser tóxicos. No es posible que se acumulen niveles tóxicos de vitamina E en el hígado o en otros tejidos, a pesar de las preocupaciones que se han expresado sobre los posibles riesgos para la salud derivados de una ingesta elevada de vitamina E. Los estudios anteriores que han alegado consecuencias adversas de la vitamina E han malinterpretado los datos, señalaron.
La administración de suplementos de vitamina E y la mortalidad por cualquier causa
Un metaanálisis que combinó los resultados de 19 ensayos clínicos sobre la administración de suplementos de vitamina E a largo plazo para diversas enfermedades, entre las que se encontraban las cardiopatías, la insuficiencia renal (“riñón”) en fase terminal y la enfermedad de Alzheimer, informó de que los adultos que tomaban suplementos de 400 UI/día o más tenían un 6% más de probabilidades de morir por cualquier causa que los que no tomaban suplementos de vitamina E (72). Sin embargo, los expertos criticaron que la mayor parte de la investigación se llevó a cabo en pacientes con alto riesgo de una enfermedad crónica/muerte y que generalizar estos resultados a los adultos sanos es muy especulativo.
Un mayor desglose del riesgo según la dosis de vitamina E y el ajuste por otros suplementos de vitaminas y minerales reveló que el aumento del riesgo de muerte era estadísticamente significativo sólo con una dosis muy alta de 2.000 UI/día, que es muchas veces la cantidad recomendada.
Además, muchos estudios a largo plazo en humanos con dosis más altas de vitamina E no han informado de ningún efecto adverso: otros tres meta-análisis que combinaron los resultados de ensayos controlados aleatorios diseñados para evaluar la eficacia de los suplementos de vitamina E para la prevención o el tratamiento de las enfermedades cardiovascularesno encontraron pruebas de que los suplementos de vitamina E de hasta 800 UI/día aumentaran o disminuyeran significativamente la mortalidad por enfermedades cardiovasculares o por todas las causas (73, 74, 75, 79).
En la actualidad, no existen pruebas convincentes de que la administración de suplementos de vitamina E hasta 800 UI/día aumente el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular u otras causas. De hecho, durante la última década, los metaanálisis con resultados neutros o beneficiosos sobre la mortalidad por todas las causas han superado a los negativos, y no existe información consistente sobre cómo la vitamina E podría aumentar el riesgo de mortalidad (87, 88, 89, 90).
Vitamina E más otros antioxidantes
Un metaanálisis de 68 ensayos aleatorizados encontró que la vitamina E suplementaria, sola o en combinación con otros suplementos antioxidantes, no alteró significativamente el riesgo de mortalidad por todas las causas (76). En 2013, los mismos autores publicaron un metaanálisis que concluía 53 ensayos clínicos seleccionados sobre prevención primaria y secundaria. Sugirieron que la vitamina E y el betacaroteno en dosis superiores a la RDA parecen aumentar la mortalidad (82). En el caso de la vitamina E, se consideró una dosis diaria de hasta 5.000 mg, que es cinco veces más que el nivel de ingesta superior tolerable (UL). Sin embargo, los expertos plantearon serias dudas sobre las conclusiones, ya que se extrajeron de un metanálisis defectuoso que agrupaba datos de ensayos con poblaciones variadas (individuos sanos y enfermos) y metodologías diferentes (80) (véase también la opinión de los expertos). En 2011, un metaanálisis evaluó el riesgo de mortalidad en 57 ensayos clínicos con 246’371 participantes que complementaban la vitamina E con dosis de hasta
5.500 UI/día durante 1-10 años (83). El análisis no mostró ninguna relación entre la ingesta de vitamina E y el riesgo de mortalidad.
Los resultados de un ensayo clínico en 40 hombres jóvenes sanos dieron lugar a la especulación de que los suplementos antioxidantes, la vitamina C y la vitamina E en particular, pueden impedir los efectos beneficiosos del ejercicio (77). El esfuerzo atlético genera radicales libres en el músculo, que son potencialmente dañinos, pero por otro lado también evocan que el músculo responda al estrés oxidativo. Esta respuesta incluye la mejora de la sensibilidad a la insulina (la hormona responsable de la captación de glucosa de la sangre) y la captación de glucosa en las células musculares. De ahí que se piense que el ejercicio físico puede prevenir o mejorar la diabetes. Los autores de este estudio sugirieron que las sustancias antioxidantes, como las vitaminas C y E, bloquean los radicales libres y la respuesta adaptativa, impidiendo así los efectos beneficiosos del ejercicio sobre los parámetros de la diabetes.
Sin embargo, los expertos comentaron que los resultados tienen una validez muy limitada, ya que el estudio se realizó en individuos sanos y no en personas con resistencia a la insulina existente. Además, el efecto de los radicales libres en la prevención de la diabetes es muy especulativo, mientras que los efectos perjudiciales a largo plazo de los radicales libres (por ejemplo, la aterosclerosis) están mejor establecidos y pueden reducirse con antioxidantes (véase también la Opinión de los Expertos).
Niveles máximos de ingesta tolerables
Para evitar acontecimientos adversos (por ejemplo, hemorragias), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha establecido niveles máximos de ingesta tolerables (UL) para la ingesta de vitamina E (alfa-tocoferol) (78):