Solución a las rabietas

Las rabietas de los niños de dos años son bastante comunes – sin embargo, la forma en que las abordamos puede tener un gran impacto en que mejoren o empeoren.

¿Qué está empeorando las rabietas de tu hijo de dos años

El mayor desafío al que se enfrenta un niño de dos años es su falta de expresión verbal. No ser capaz de expresarse plenamente puede causar mucha frustración, lo que puede dar lugar a rabietas. Ayudar a tu hijo a desarrollar sus habilidades verbales, y en particular ayudarle a etiquetar las emociones, puede mejorar y disminuir sus rabietas.

Una gran herramienta que nos encanta usar con los niños pequeños es una rueda de emociones. Hay muchas opciones en línea que puedes imprimir en casa, o puedes hacer la tuya propia, tomando fotos de tu pequeño modelando cada emoción: enojado, feliz, triste, solitario, aburrido. (El nuestro es magnético, así que puedes colocarlo fácilmente a la altura de tu hijo en la puerta de tu nevera).

Otra forma de ayudar a tu hijo de 2 años a ser más verbal es señalar las emociones cuando están sucediendo y aplicar las etiquetas correctas, en la vida real. Aprovecha cualquier oportunidad para hacerlo: por ejemplo, si estás esperando en la consulta del médico y oyes a un niño llorar, puedes decir: “Ese bebé está muy molesto”. Si tú y tu hijo veis a una persona caerse en la calle, podéis decir “ese hombre se ha caído. Debe ser muy doloroso para él, vamos a ayudarle”. También puedes ponerte a ti mismo como ejemplo. Volviendo al ejemplo de la consulta del médico, puedes indicarle que llevas mucho tiempo esperando y que eso te hace estar aburrido/frustrado/enfadado, y también puedes mostrarle a tu hijo formas de afrontar la espera: “Voy a respirar hondo y a dibujar mientras espero”

Otra cuestión que empeora las rabietas de los niños de dos años es su falta de control. Les decimos lo que tienen que comer y cuándo, qué ropa ponerse, cómo jugar, cuándo ir al colegio, etc. Son esencialmente impotentes y eso es frustrante para ellos. Intenta introducir algunas opciones para ellos, en torno a las cosas que tendrán que hacer y que tú no cambiarás. Por ejemplo, si vais a salir y necesitas que lleven zapatos, no llevarlos no será una opción, pero quizá puedan elegir entre dos pares de zapatos. O si necesitas que se laven los dientes, puedes darles la opción de lavarse los dientes antes o después de leer los libros.

Cómo reaccionas a las rabietas puede empeorar las rabietas de tu hijo

Durante un gran estallido emocional, tratar de hablar con tu hijo para que abandone la rabieta puede realmente empeorarla, al igual que castigarlo por expresarse.

Piensa en una vez que estabas nadando en el océano y una gran ola salió de la nada y casi te ahoga. En realidad, montar la tormenta de una rabieta no es muy diferente. El mejor consejo es lanzarse a la ola y dejarla correr. Cuando sientas que te pasa por encima, sal a la superficie con calma y respira hondo. A veces los niños sólo necesitan desahogarse. Y sólo después de hacerlo pueden respirar profundamente. Proporciona un espacio seguro para que lo lloren y diles con calma que estarás a su lado cuando estén preparados para tu ayuda.

Mucho más tarde, una vez que tu hijo se haya calmado, podéis tener una charla y empezar a trabajar en un plan para evitar las rabietas.

Por qué las rabietas de tu hijo parecen empeorar

Como recapitulación, algunas cosas pueden estar contribuyendo a que las rabietas de tu hijo empeoren con el tiempo:

  • Intentas razonar con tu hijo durante una rabieta
  • Castigas a tu hijo durante una rabieta, o lo encierras en su habitación
  • No le estás ayudando a expresarse verbalmente
  • No le estás enseñando a etiquetar las emociones
  • No estás trabajando en técnicas de prevención de rabietas

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