Aunque las semillas de girasol son saludables, tienen varios inconvenientes potenciales.
Calorías y sodio
Aunque son ricas en nutrientes, las semillas de girasol son relativamente altas en calorías.
Comer las semillas con cáscara es una forma sencilla de reducir el ritmo de consumo y la ingesta de calorías al picar, ya que se tarda en abrir y escupir cada cáscara.
Sin embargo, si está vigilando su consumo de sal, tenga en cuenta que las cáscaras -que la gente suele chupar antes de abrirlas- suelen contener más de 2.500 mg de sodio -108% de la IDR- por cada 1/4 de taza (30 gramos) (23).
El contenido de sodio puede no ser evidente si la etiqueta sólo proporciona información nutricional de la parte comestible -los granos dentro de las cáscaras-. Algunas marcas venden versiones reducidas en sodio.
Cadmio
Otra razón para comer semillas de girasol con moderación es su contenido en cadmio. Este metal pesado puede dañar los riñones si se expone a cantidades elevadas durante un periodo prolongado (24).
Los girasoles tienden a absorber el cadmio del suelo y depositarlo en sus semillas, por lo que contienen cantidades algo mayores que la mayoría de los demás alimentos (25, 26).
La OMS aconseja un límite semanal de 490 microgramos (mcg) de cadmio para un adulto de 154 libras (70 kg) (26).
Cuando las personas comieron 255 gramos (9 onzas) de semillas de girasol a la semana durante un año, su ingesta media estimada de cadmio aumentó de 65 mcg a 175 mcg por semana. No obstante, esta cantidad no elevó sus niveles de cadmio en sangre ni dañó sus riñones (25).
Por lo tanto, no debe preocuparse por comer cantidades razonables de semillas de girasol, como una onza (30 gramos) al día, pero no debe comer una bolsa llena en un día.
Semillas germinadas
El germinado es un método cada vez más popular de preparar semillas.
Ocasionalmente, las semillas se contaminan con bacterias dañinas, como la Salmonella, que puede prosperar en las condiciones cálidas y húmedas de la germinación (27).
Esto es especialmente preocupante en las semillas de girasol germinadas crudas, que pueden no haber sido calentadas por encima de 118℉ (48℃).
El secado de las semillas de girasol a temperaturas más altas ayuda a destruir las bacterias dañinas. Un estudio descubrió que el secado de semillas de girasol parcialmente germinadas a temperaturas de 122℉ (50℃) y superiores redujo significativamente la presencia de Salmonella (27).
Si se descubre contaminación bacteriana en determinados productos, éstos pueden ser retirados del mercado -como ha ocurrido con las semillas de girasol germinadas crudas. No consuma nunca productos retirados.
Bloqueos de heces
Comer un gran número de semillas de girasol de una vez ha provocado ocasionalmente impactación fecal -o bloqueos de heces- tanto en niños como en adultos (28, 29).
Comer semillas de girasol con cáscara puede aumentar las probabilidades de sufrir impactación fecal, ya que puede comer involuntariamente fragmentos de cáscara, que su cuerpo no puede digerir (28).
Una impactación puede hacer que no pueda defecar. Es posible que su médico tenga que eliminar la obstrucción mientras usted está bajo anestesia general.
Además de estar estreñido debido a la impactación fecal, puede perder heces líquidas alrededor de la obstrucción y tener dolor abdominal y náuseas, entre otros síntomas.
Alergias
Aunque las alergias a las pipas de girasol son relativamente infrecuentes, se han notificado algunos casos. Las reacciones pueden incluir asma, hinchazón de la boca, picor en la boca, fiebre del heno, erupciones cutáneas, lesiones, vómitos y anafilaxia (2, 30, 31, 32).
Los alérgenos son varias proteínas de las semillas. La mantequilla de semillas de girasol -semillas tostadas y molidas- puede ser tan alergénica como las semillas enteras (32).
Es mucho menos probable que el aceite de girasol refinado contenga una cantidad suficiente de las proteínas alergénicas, pero en raros casos, las personas muy sensibles han tenido reacciones a cantidades mínimas en el aceite (30, 31).
Las alergias a las semillas de girasol son más comunes en las personas expuestas a las plantas o semillas de girasol como parte de su trabajo, como los agricultores de girasol y los criadores de aves (2).
En su casa, alimentar a las aves de compañía con semillas de girasol puede liberar estos alérgenos en el aire, que usted inhala. Los niños pequeños pueden sensibilizarse a las semillas de girasol por exposición a las proteínas a través de la piel dañada (32, 33, 34).
Además de las alergias alimentarias, algunas personas han desarrollado alergias al tocar las semillas de girasol, como cuando se hace pan de levadura con semillas de girasol, lo que da lugar a reacciones como picor e inflamación de las manos (31).
Resumen
Mida las porciones de semillas de girasol para evitar una ingesta excesiva de calorías y una exposición potencialmente elevada al cadmio. Aunque es poco frecuente, puede producirse una contaminación bacteriana de las semillas germinadas, alergias a las semillas de girasol y obstrucciones intestinales.