Mucha gente se sorprende al saber que, al igual que en las personas, el cáncer en perros es un problema real. Un estudio italiano de la revista BioMed Central Veterinary Research estimó que de cada 100.000 perros, entre 800 y 900 desarrollarán cáncer. Los perros mayores de 10 años y los de raza pura tienen un mayor riesgo en comparación con las razas mixtas.
El cáncer afecta a los perros de la misma manera que a los humanos: robando calidad de vida y años a nuestros amigos peludos. Sin embargo, hay muchos tratamientos disponibles y la investigación veterinaria sigue mejorando las posibilidades de cada perro de tener una vida larga y feliz. Aprenda a detectar los signos para que usted y su veterinario puedan dar a su cachorro el mejor cuidado posible si alguna vez lo necesita.
Tipos de cáncer en perros
El cáncer en perros puede afectar a todos y cada uno de los órganos del cuerpo. Los tumores de los perros en la piel pueden ser abultados y evidentes, pero el cáncer en el pecho, el cerebro, el abdomen o la sangre puede ser más difícil de identificar. Según la Asociación Americana de Hospitales de Animales (AAHA), los tipos de cáncer más comunes en los perros son:
- Linfoma: Cáncer de los ganglios linfáticos que ataca al sistema inmunitario
- Hemangiosarcoma: Cáncer de los vasos sanguíneos
- Tumor de mastocitos: Cáncer que puede desarrollarse en casi cualquier parte del cuerpo pero que suele ser visible como una lesión cutánea
- Melanoma: Cáncer de piel agresivo que puede desarrollarse en la boca, los ojos o las almohadillas de los pies
- Osteosarcoma: Cáncer óseo maligno, más común en perros grandes
- Carcinoma de las glándulas mamarias: Cáncer de las glándulas mamarias que a menudo puede prevenirse esterilizando a una perra a principios de su vida
Signos de cáncer en los perros
Los signos de cáncer en los perros varían según el sistema al que ataca o del que surge el cáncer, y si es benigno y solitario, o maligno y se extiende a zonas distantes del cuerpo. Por ejemplo, un lipoma, un tumor benigno común de células grasas, aparece como un bulto blando y móvil bajo la piel. Los tumores de mastocitos, por el contrario, pueden aparecer como protuberancias rojas y furiosas en la piel que parecen una reacción alérgica. El hemangiosarcoma, un cáncer que surge de las células que recubren los vasos sanguíneos, puede aparecer como tumores en la piel o puede extenderse al bazo (y en algunos casos originarse en él), haciendo que se agrande, se llene de bultos y se vuelva frágil.
Mantenga vigilado el comportamiento de su perro si cree que puede estar enfermo. La cojera, una pata hinchada o el lamido excesivo de una pata pueden indicar un cáncer de huesos, mientras que el cáncer en el cerebro puede causar un comportamiento anormal o convulsiones. Conocer el aspecto “normal” de la boca, las patas, el cuello y las articulaciones de su cachorro también puede ayudarle a detectar anomalías. El melanoma, por ejemplo, puede aparecer como una mancha oscura en la boca de su perro o una pata hinchada. El primer signo de un linfoma suele ser una inflamación de los ganglios linfáticos del cuello o de las rodillas, escribe la AAHA.
El cáncer maligno en los perros tiende a causar una pérdida de peso inesperada, y ese puede ser el único signo visible. Si le preocupa que su mascota pueda tener cáncer, llame a su veterinario y programe un examen físico para su perro tan pronto como sea posible.
Opciones de tratamiento para los tumores en perros
El cáncer en los perros es un problema común, y hay muchas opciones de tratamiento disponibles. Debido a que los cánceres de perros y humanos son tan similares, gran parte de la investigación en el tratamiento del cáncer humano ya se ha hecho en los perros, y casi todas las opciones para el tratamiento de la oncología humana están disponibles para los pacientes caninos, también.
El tratamiento para el cáncer en los perros depende del tipo de cáncer y si es probable que se propague. Si un tumor es maligno, el tratamiento y el pronóstico dependen del grado de propagación. La localización de los tumores en los perros también puede influir en el tratamiento que prescriba su veterinario.
Muchos tratamientos funcionan de forma sinérgica, lo que significa que se complementan entre sí y combaten el cáncer mejor juntos que por separado. Su veterinario u oncólogo veterinario (¡Sí, existe una persona así!) puede prescribir alguno o todos los siguientes:
- Extracción quirúrgica de los tumores cancerosos
- Tratamiento de radiación para matar cualquier célula cancerosa restante
- Múltiples tratamientos de medicamentos que matan el cáncer, más conocidos como quimioterapia. Pero no se preocupe: la quimioterapia se tolera bien en los perros. Apenas enferman y no pierden el pelo.
- Inmunoterapia en forma de vacuna anticancerosa para reforzar el sistema inmunitario contra las células tumorales invasoras
- Trasplantes de células madre en perros a los que se les ha diagnosticado cánceres de sangre
Mantener la esperanza
Si a su perro le han diagnosticado cáncer, puede ser muy aterrador, pero ahora hay más maneras que nunca para tratar e incluso curar el cáncer en muchos pacientes caninos. Muchos padres de mascotas eligen no tratar a sus mascotas porque piensan que el tratamiento les causará molestias, pero las mascotas tienden a tolerar el tratamiento del cáncer mucho mejor que la mayoría de los humanos. Esto se debe en parte a que no saben lo que está pasando. Puede que a usted le dé pavor llevar a su cachorro al tratamiento, pero su perro suele verlo como un viaje a la clínica veterinaria donde todo el mundo es amable con él y le da golosinas para perros.
Si a su mascota le han diagnosticado cáncer, escuche las opciones que le da su veterinario y elija la mejor para usted y su amigo peludo. Organizaciones como la Fundación Nacional del Cáncer Canino pueden ayudarle a ponerse en contacto con otros padres de perros que estén pasando por un tratamiento contra el cáncer para obtener sugerencias y apoyo.
Al igual que en los seres humanos, cuanto antes se detecte el cáncer, más fácil será su tratamiento, así que asegúrese de que su perro sea examinado por un veterinario al menos una vez al año para poder intervenir a tiempo en caso de que sea necesario. La eliminación de un bulto “inofensivo” podría darle a su cachorro muchos años más de felicidad.
Biografía del colaborador
Dra. Sarah Wooten
La Dra. Sarah Wooten se graduó en la Facultad de Medicina Veterinaria de la UC Davis en 2002. Miembro de la Sociedad Americana de Periodistas Veterinarios, la Dra. Wooten divide su tiempo profesional entre la práctica de pequeños animales en Greeley, Colorado, dando charlas públicas sobre temas relacionados con los asociados, el liderazgo y la comunicación con los clientes, y escribiendo. Le gusta acampar con su familia, esquiar, bucear y participar en triatlones.