Casi a pesar de sus inicios poco propicios, el actor y eterno simpático Tom Hanks pasó de ser la estrella de la serie cómica de culto “Bosom Buddies” (ABC, 1980-82) a convertirse en un respetado actor ganador del Oscar y productor ganador del Emmy. Hanks se dio a conocer con una conmovedora interpretación en “Big” (1988), lo que le abrió las puertas a la posterior gloria de los Oscar con “Philadelphia” (1993) y “Forrest Gump” (1994). Se convirtió en una de las estrellas más rentables de Hollywood con la comedia romántica “Sleepless in Seattle” (1993) y el angustioso drama de Ron Howard “Apolo 13” (1995). Hanks también puso voz al vaquero Woody en “Toy Story” (1995) y sus dos exitosas secuelas, antes de dar un giro nominado al Oscar en “Salvar al soldado Ryan” (1998), de Steven Spielberg. El amor de los actores por la exploración espacial y la Segunda Guerra Mundial dio lugar a la producción de varias aclamadas miniseries por cable, como “De la Tierra a la Luna” (HBO, 1998) y “Band of Brothers” (HBO, 2001). Sin dormirse en los laureles, Hanks continuó haciendo trabajos de calidad al mismo tiempo que desafiaba el personaje de hombre corriente que había desarrollado, asumiendo papeles como el de un empresario autocrático en “Cast Away” (2000) y el de un asesino a sueldo de la mafia en “Camino a la perdición” (2002), al mismo tiempo que realizaba éxitos de taquilla internacionales como la adaptación de Dan Brown “El código Da Vinci” (2006) y sus secuelas, que reafirmaron su lugar como uno de los actores más respetados del siglo. Envejeciendo con gracia hasta los 60 años, Hanks aportó una convincente seriedad a películas posteriores como el drama de espionaje sobre la Guerra Fría “El puente de los espías” (2015), de Spielberg, y “Sully” (2016), de Clint Eastwood, un biopic del héroe de la aviación en la vida real, el capitán Chesley Sullenberger.
Nacido el 9 de julio de 1956 en Concord (California), Hanks fue criado por Amos, cocinero y gerente de un restaurante, y Janet, trabajadora de un hospital. En 1960, su padre le llevó a él y a sus hermanos a Reno, NV, para comenzar una nueva vida, divorciándose más tarde de Janet. Tras el fracaso de su segundo matrimonio, su padre recogió a la familia y se estableció en Oakland, California, donde Hanks pasó sus años de formación. Al crecer como un niño infeliz y a menudo confuso, Hanks buscó la estabilidad donde pudiera encontrarla. Con el estímulo del profesor de teatro del instituto, Rawley Farnsworth -al que daría las gracias tras ganar su primer Oscar en 1994-, Hanks se metió de lleno en el oficio, interpretando al travestido Luther Billis en una producción de “South Pacific”. Después de graduarse, asistió al Chabot Community College, que abandonó después de un año para estudiar teatro en la Universidad Estatal de California en Sacramento en 1976.
El verano después de su primer año en la CSU, Hanks hizo prácticas en el Great Lakes Shakespeare Festival en Cleveland, OH. Volvió a dejar los estudios para pasar los dos veranos siguientes en el festival bajo la dirección del afamado director irlandés Vincent Dowling, obteniendo elogios por sus actuaciones en “La fierecilla domada” y “Los dos caballeros de Verona”. En 1978, Hanks vendió su Volkswagen Beetle y utilizó el dinero para trasladarse a Nueva York y perseguir su sueño de actuar en Broadway. Sin embargo, el éxito en la Gran Vía Blanca siguió siendo esquivo, aunque Hanks consiguió introducirse en el cine con un pequeño papel en la película de terror de bajo presupuesto “He Knows You’re Alone” (1980). Afortunadamente, su siguiente papel le sirvió para cerrar el trato. Hanks se dio a conocer con un papel protagonista en la breve comedia de culto “Bosom Buddies”, en la que interpretaba a un ejecutivo de publicidad que se mudaba a un hotel de baja categoría sólo para mujeres con su amigo (Peter Scolari) con la condición de que ambos se vistieran como mujeres. Aunque sólo se emitió durante dos años, los miembros de la Generación X la recuerdan con cariño. Algo en esta serie tan tonta resonó, y a diferencia de otras estrellas que olvidan convenientemente sus humildes comienzos, Hanks estaba más que feliz de hablar de “Bosom Buddies” en entrevistas años más tarde. También siguió siendo muy amigo de Scolari, a pesar de las diferencias en sus respectivas trayectorias profesionales.
Después de que “Bosom Buddies” dejara de emitirse, Hanks hizo una aparición como invitado en un episodio de 1982 de “Happy Days” (ABC/CBS, 1973-1984) que impresionó a Ron Howard, miembro del reparto, lo suficiente como para darle el papel principal en “Splash” (1984), una fantasía cómica sobre un encantador vendedor de productos agrícolas que se enamora de una sirena de verdad (Daryl Hannah). Hanks, que demostró tener una presencia simpática y atractiva en la pantalla, parecía tener asegurado el éxito en las comedias románticas. Destruyó esa idea con un valiente papel en la estridente comedia sexual “Despedida de soltero” (1984), y luego apareció en una serie de fracasos de taquilla que habrían acabado con la carrera de un actor menos resistente, como “El hombre con un zapato rojo” (1984), “El pozo del dinero” (1986) y un reinicio cómico de la serie policial “Dragnet” (1987) junto a Dan Aykroyd. De esta primera época, sólo “Nada en común” (1986), una comedia sentimental que presenta a Hanks como un egoísta adicto al trabajo que forja un vínculo con su padre enfermo (Jackie Gleason en su última aparición en la pantalla), le valió al actor algún elogio de la crítica.
Pero en 1988, Hanks experimentó un punto de inflexión con dos papeles que demostraron su versatilidad por primera vez. En “Punchline” (1998), interpretó con solvencia a un impetuoso cómico que primero sirve de mentor y luego compite con una cómica emergente (Sally Field). A continuación, mostró sus encantos como un niño de 12 años atrapado en el cuerpo de un hombre de 35 años en “Big” (1988), un gran éxito de comedia de la entonces directora Penny Marshall, por el que Hanks recibió su primera de varias nominaciones al Oscar al mejor actor. Después de la comedia policíaca “Turner & Hooch” (1989), Hanks protagonizó la estrafalaria comedia romántica “Joe contra el volcán” (1990), y una adaptación, criticada, del best seller de Tom Wolfe “La hoguera de las vanidades” (1990). Justo cuando “Big” parecía abrir nuevas puertas, Hanks volvía a estar como antes.
Según se dice, Hanks presionó a Penny Marshall para que le diera el papel principal en “A League of Their Own” (1992), la mirada del director a la primera liga de béisbol exclusivamente femenina, que se formó durante la Segunda Guerra Mundial. Hanks buscó el papel de Jimmy Dugan, un borracho y antiguo jugador que redescubre su alegría por el juego dirigiendo un equipo ganador. Hanks volvió a encontrar su camino, consiguiendo otro éxito cuando se reunió con la coprotagonista de “Joe contra el volcán”, Meg Ryan, en el canto a las películas románticas de Nora Ephron, “Sleepless in Seattle” (1993). Por su conmovedora interpretación, Hanks fue nominado al Globo de Oro al mejor actor de musical o comedia.
El actor se adentró en un territorio desconocido con su interpretación ganadora del Oscar en “Filadelfia” (1993), interpretando a un abogado gay que se está muriendo de SIDA mientras intenta ganar una demanda por discriminación tras ser despedido. A pesar de que la película fue denunciada por los activistas por ser demasiado blanda en el tema, Hanks fue sin embargo universalmente elogiado por una actuación llena de matices. Después de su victoria en los premios de la Academia, Hanks fue considerado “el tipo más simpático del mundo del espectáculo” y “el nuevo Jimmy Stewart”, debido a su carácter incondicional. En su siguiente película, “Forrest Gump” (1994), Hanks interpretó a un hombre que lleva una vida extraordinaria participando en muchos de los momentos decisivos de los años 60, 70 y 80 a pesar de tener un coeficiente intelectual de 75. La película se convirtió en parte del espíritu cultural, convirtiendo a “Gump” en la película más taquillera del año, de camino a conseguir seis premios de la Academia, incluyendo la segunda victoria consecutiva de Hanks como mejor actor.
Hanks intentó conseguir su tercer premio de la Academia consecutivo cuando se reunió con el director de “Splash”, Ron Howard, para “Apolo 13” (1995), una tensa mirada a la famosa y malograda misión de la NASA a la luna en 1970. Interpretando al astronauta de la vida real Jim Lovell -supuestamente elegido por Kevin Costner-, Hanks ofreció una actuación firme como comandante que intenta traer a su tripulación de vuelta a la Tierra sana y salva. Aunque estaba nominado, Hanks no pudo ganar su tercer Oscar al mejor actor. A continuación, Hanks puso voz a Woody, un vaquero cuyo estatus como juguete principal de un niño se ve amenazado por el deslumbramiento de Buzz Lightyear (Tim Allen) en “Toy Story” (1995), el primer largometraje de animación por ordenador. Gracias a su estatus de estrella, Hanks tuvo la oportunidad de flexionar otros músculos creativos, ramificándose en la escritura de guiones, la producción y la dirección. Hizo su debut como director con “That Thing You Do!”. (1996), una comedia/drama de los años sesenta sobre un grupo musical que alcanza un éxito similar al de los Beatles gracias a un sencillo. Aunque no fue un éxito de taquilla, la película demostró la capacidad de Hanks para obtener interpretaciones sólidas de un reparto relativamente desconocido.
Hanks mejoró aún más su currículo después de llevar varios sombreros en su proyecto soñado, “De la Tierra a la Luna” (HBO, 1998), una serie de 12 capítulos que examinaba la historia del programa espacial estadounidense. Además de actuar como productor ejecutivo de la serie, Hanks dirigió el primer segmento y escribió cuatro episodios posteriores, compartiendo el premio Emmy de 1998 a la mejor miniserie con los coproductores Ron Howard y Brian Grazer. Tras casi dos años de ausencia de la gran pantalla, Hanks fue contratado por Steven Spielberg para su elogiada epopeya sobre la Segunda Guerra Mundial, “Salvar al soldado Ryan” (1998), en la que interpreta a un capitán del ejército que lidera un variopinto equipo de soldados en una misión para localizar a un soldado desaparecido (Matt Damon) tras las líneas enemigas. En el papel de Miller, el actor se basó en su imagen de chico bueno, pero dio un toque de oscuridad a su interpretación, lo que le valió su cuarta nominación al Oscar al mejor actor.
Más tarde, ese mismo año, canalizó el fantasma de James Stewart al coprotagonizar por tercera vez, junto a Meg Ryan, la película de Nora Ephron “You’ve Got Mail” (1998), una actualización del clásico de 1940 entre Stewart y Margaret Sullavan “The Shop Around the Corner” (1940). A continuación, Hanks se reunió con su colega de “El soldado Ryan”, Barry Pepper, para interpretar a unos guardias de prisión que se involucran con un misterioso preso (Michael Clarke Duncan) en “La milla verde” (1999), una adaptación de la novela de Stephen King. Para seguir estirando sus músculos interpretativos, colaboró de nuevo con el director de “Forrest Gump”, Robert Zemeckis, en “Cast Away” (2000), dando el inusual paso de interrumpir el rodaje para bajar la gran cantidad de peso que había ganado para interpretar a un autocrático solucionador de problemas de Federal Express que queda atrapado en una isla desierta tras un accidente de avión. Su valiente interpretación -durante casi un tercio de la película, Hanks estuvo solo en la pantalla- le valió una nueva aclamación de la crítica y su quinta nominación al premio al mejor actor.
Después de su experiencia interpretando a un veterano en “Salvar al soldado Ryan”, Hanks participó activamente en la creación de un monumento a los hombres y mujeres que lucharon durante la Segunda Guerra Mundial. Tanto él como Spielberg unieron sus fuerzas para producir de forma ejecutiva la miniserie de la HBO “Band of Brothers” (2001), adaptación del libro del historiador Stephen Ambrose, que seguía a los soldados del 506º Regimiento de la 101ª División Aerotransportada desde su entrenamiento en Georgia en 1942 hasta su participación en la invasión de Normandía. Además, Hanks dirigió un episodio de la miniserie, por el que obtuvo un Emmy a la mejor dirección de una miniserie, película o especial dramático. A continuación, el actor asumió un papel atípico, interpretando a un gángster del Chicago de los años 20 que busca venganza por la muerte de sus familiares en “Camino a la perdición” (2002). Su siguiente película, “Atrápame si puedes” (2002), le reunió con Spielberg, que le dio el papel de Carl Hanratty, un investigador de fraudes del FBI que sigue la pista del estafador más joven de la historia, Frank Abagnale, Jr. (Leonardo DiCaprio). Mientras tanto, Hanks, el productor de cine, obtuvo un gran éxito con la inesperada y popular comedia “Mi gran boda griega” (2002), que la esposa de Hanks, Rita Wilson, había descubierto cuando era un espectáculo unipersonal creado por Nia Vardalos. El siguiente truco de Hanks fue una vuelta a sus extravagantes raíces cómicas -de hecho, un territorio aún más extravagante que el que había explorado antes- en el remake de los hermanos Coen del clásico de culto británico “The Ladykillers” (2004).
El actor se reunió de nuevo con Spielberg para “La terminal” (2004), interpretando a un inmigrante de Europa del Este, Viktor Navorski, que se queda varado en la terminal de un aeropuerto de la ciudad de Nueva York debido a una peculiaridad de la política internacional y la ley de pasaportes. Posteriormente, se instala y se relaciona con muchos de los habitantes temporales de la terminal, incluida una bella azafata (Catherine Zeta-Jones). A pesar de una buena interpretación y una dirección inteligente, “La terminal” se ve afectada por un final obviamente sentimental. Hanks volvió a formar equipo con Robert Zemeckis para aparecer como múltiples personajes en la ambiciosa adaptación animada por CGI del popular cuento infantil “El expreso polar” (2004). Utilizando la innovadora tecnología de captura de la actuación para transformar digitalmente sus interpretaciones físicas, Hanks se proyectó en la pantalla en varias formas, interpretando al conductor, al niño héroe, a Papá Noel, al vagabundo y al padre del niño, que posteriormente se entrelazaron sin problemas en los entornos generados por ordenador de la película.
Hanks volvió a su amor por el espacio exterior para narrar el cortometraje IMAX, “Magnificent Desolation: Walking on the Moon 3D” (2005). La película mostraba exploraciones espaciales pasadas, presentes y futuras, mientras el público experimentaba la superficie lunar como si fuera un astronauta del Apolo. De vuelta a la ficción, protagonizó “El Código Da Vinci” (2006), la esperada adaptación del monumental bestseller de Dan Brown sobre un asesinato en el Louvre investigado por un afamado simbólogo, que desvela un siniestro complot para guardar un secreto protegido desde los tiempos de Cristo. Aunque sobre el papel fue un gran éxito, con una recaudación de 200 millones de dólares en la taquilla nacional, “El Código Da Vinci” fue rechazada por la mayoría de los críticos por no estar a la altura de las expectativas.
Después de hacer cameos de voz en “Cars” (2006) y “La película de Los Simpson” (2007), ayudó a narrar “The War” (PBS, 2007-08), la exhaustiva mirada de Ken Burns a los estadounidenses de a pie que lucharon en la Segunda Guerra Mundial. A continuación, Hanks protagonizó la sátira política aclamada por la crítica, “La guerra de Charlie Wilson” (2007), adaptada por Aaron Sorkin del best-seller de no ficción de George Crile. Una vez más, Hanks recibió una lluvia de elogios por otra gran actuación, lo que le valió una nominación al Globo de Oro a la Mejor Interpretación de un Actor en un Musical o Comedia, así como el preceptivo rumor de los Oscar. Volviendo al papel de productor, ayudó a dar vida a la aclamada miniserie de siete capítulos “John Adams” (HBO, 2008), protagonizada por Paul Giamatti en el papel del líder de la Revolución Americana y segundo Presidente de los Estados Unidos. La épica serie ganó casi todos los premios posibles, incluidos 13 Emmys, cuatro Globos de Oro y el Premio Humanitas.
En 2009, Hanks ganó el Premio del Gremio de Productores de América al Productor del Año – Televisión de Formato Largo. ¡Después de producir de forma ejecutiva la adaptación cinematográfica del musical del West End “Mamma Mia!” (2008) con su esposa, Hanks coprotagonizó con su hijo Colin Hanks “El gran Buck Howard” (2009), una comedia sobre un joven aspirante a mago que se convierte en ayudante de un reconocido ilusionista en contra de los deseos de su padre. Mientras tanto, retomó el papel del profesor Robert Langdon para la exitosa adaptación de la obra de Dan Brown “Ángeles & Demonios” (2009), tras lo cual volvió a producir con la versión del director Spike Jonze de “Where the Wild Things Are” (2009). Volviendo a su fascinación por la Segunda Guerra Mundial, Hanks se reunió con su cohorte de “Band of Brothers”, Steven Spielberg, para “The Pacific” (HBO, 2010), una ficcionalización real de la guerra entre Japón y Estados Unidos en el teatro del Pacífico, contada a través de las historias entrelazadas de tres marines estadounidenses (Joseph Mazzello, James Badge Dale y Jon Seda) que luchan en las playas bañadas en sangre de Guadalcanal, Iwo Jima y Okinawa. Después de volver a interpretar a Woody en “Toy Story 3” (2010) y de protagonizar junto a Julia Roberts la mal recibida comedia romántica “Larry Crowne” (2011), que él mismo dirigió, Hanks apareció en el papel de un padre cuyo hijo intenta desvelar sus secretos tras su muerte el 11-S en el aclamado drama “Extremely Loud and Incredibly Close” (2011). Volviendo a la producción, Hanks fue productor ejecutivo de “Game Change” (HBO, 2012), una mirada al interior de la campaña presidencial de 2008 protagonizada por Woody Harrelson, Julianne Moore) y Ed Harris. La serie ganó el Emmy para Moore, el director Jay Roach y la Miniserie o Película Sobresaliente, por la que Hanks pronunció un discurso de aceptación típicamente efusivo.
Más tarde, en 2012, Hanks dio a conocer una serie web que produjo y creó, el programa de ciencia ficción animada “Electric City”, que también contó con él como actor de voz. Ese otoño protagonizó, junto a Halle Berry y un impresionante elenco, “Cloud Atlas”, una adaptación literaria con saltos en el tiempo en la que interpretó seis papeles diferentes. Siguió poniendo voz a Woody en diversos cortos de “Toy Story”, incluido el especial de televisión “Toy Story of Terror” (ABC, 2013), Hanks recibió elogios por su interpretación de un marino mercante de la vida real asediado en el mar en el tenso drama de Paul Greengrass “Captain Phillips” (2013) y como Walt Disney en “Saving Mr. Banks” (2013), una historia de la realización de “Mary Poppins” (1964).
En colaboración con Spielberg, Hanks protagonizó el drama de espionaje de la Guerra Fría “El puente de los espías” (2015), basado en el incidente del U2 a principios de los años 60 en el que el piloto estadounidense Francis Gary Powers fue capturado por los soviéticos durante un vuelo de espionaje. Hanks coprotagonizó y fue productor ejecutivo de “Ítaca” (2015), una película a pequeña escala basada en “La comedia humana” de William Saroyan, y protagonizó una adaptación poco vista de una novela de Dave Eggers, “Un holograma para el rey”. Las dos siguientes películas de Hanks fueron el drama de Clint Eastwood “Sully” (2016), la historia real del piloto de “Milagro en el Hudson”, el capitán Chesley Sullenberger, e “Inferno” (2016), su tercera colaboración con Ron Howard en uno de los misterios de Robert Langdon de Dan Brown.