Toxicidad de los organofosforados

Los organofosforados (OP) y los carbamatos varían mucho en cuanto a su toxicidad, niveles de residuos y excreción. Se utilizan principalmente como plaguicidas.

Los organofosfatos son tóxicos para muchas especies de aves y mamíferos, incluidos los animales domésticos, los animales de granja y las especies silvestres.

Aunque los objetivos son los insectos, los animales que no son el objetivo pueden ingerir los productos de los contenedores de cebo abiertos o exponerse indirectamente al consumir insectos o material vegetal envenenado.

Los animales domésticos y los niños corren el riesgo de consumir el plaguicida utilizado en el hogar, y se debe tener precaución al colocar los cebos domésticos para evitar el envenenamiento accidental. Interfieren en la acción de una enzima cerebral que descompone el neurotransmisor acetilcolina. Los efectos pueden durar de semanas a meses a partir de una sola exposición.

Los organofosforados tienen una curva de respuesta a la dosis muy pronunciada y deben manejarse y utilizarse con precaución. La intoxicación por estos plaguicidas da lugar a signos clínicos cardinales consistentes con la estimulación colinérgica.

Por lo general, los primeros en aparecer son hipersalivación, miosis (pupilas contraídas), micción frecuente, diarrea, vómitos, cólicos y dificultad para respirar debido al aumento de las secreciones bronquiales y la broncoconstricción. Algunos animales pueden presentar temblores en los músculos del esqueleto y la consiguiente debilidad, pérdida de coordinación y convulsiones.

La aparición de los signos tras la exposición suele producirse en cuestión de minutos u horas, pero puede retrasarse durante >2 días en algunos casos. La gravedad y el curso de la intoxicación están influidos principalmente por la dosis y la vía de exposición.

En la intoxicación aguda, los principales signos clínicos pueden ser la dificultad respiratoria y el colapso, seguidos de la muerte debido a la parálisis de los músculos respiratorios. Además de los músculos cerebrales y esqueléticos, se sabe que los OP afectan negativamente a otros sistemas de órganos, incluidos los sistemas cardiovascular, respiratorio, hepático, reproductivo y de desarrollo, e inmunológico.

La determinación del diagnóstico de la intoxicación por organofosforados se realiza a menudo confirmando la reducción de la actividad de la acetilcolinesterasa (AChE) en la sangre o el cerebro. Debe analizarse el contenido estomacal y ruminal congelado para detectar el pesticida. También pueden analizarse la sangre/suero, el hígado y la orina en busca de residuos de OP o de sus metabolitos.

Hay tres categorías de fármacos utilizados para tratar la toxicidad por organofosforados.

1) Agentes bloqueadores de receptores. La atropina bloquea los receptores y se utiliza principalmente para reducir la broncoconstricción y aumentar la frecuencia cardíaca.

2) Reactivadores de la colinesterasa. El cloruro de pralidoxima (2-PAM) se utiliza como reactivador de la colinesterasa que reactiva la enzima para reducir la acumulación de acetilcolina.

3) Eméticos, catárticos y adsorbentes para disminuir la absorción posterior.

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