La tuberculosis bovina (TB) es una enfermedad caracterizada por el desarrollo progresivo de lesiones granulomatosas específicas o tubérculos en el tejido pulmonar, los ganglios linfáticos u otros órganos. Mycobacterium bovis es el agente causante de la enfermedad. Las especies bovinas, incluidos los bisontes y los búfalos, son susceptibles a la enfermedad, pero casi todos los animales de sangre caliente pueden verse afectados. No todas las especies son igualmente susceptibles a la enfermedad; algunas son huéspedes finales y otras huéspedes de mantenimiento. En África, la tuberculosis bovina afecta principalmente al ganado vacuno; sin embargo, no es infrecuente la infección en otros animales de granja y domésticos, como ovejas, cabras, cerdos, perros y gatos. Los rumiantes y carnívoros salvajes también se ven afectados y son los reservorios naturales del agente infeccioso en la naturaleza. El hombre también es susceptible a la enfermedad, siendo los grupos de mayor riesgo los individuos con infección concomitante por VIH/SIDA. En África, se sabe que la tuberculosis humana está causada por M. tuberculosis; sin embargo, una proporción desconocida de casos se debe a M. bovis. Esta infección en el ser humano está infradeclarada debido a las limitaciones de diagnóstico de muchos laboratorios para distinguir M. bovis de M. tuberculosis. Ninguno de los informes nacionales presentados a la OIE y a la OMS por los Estados miembros africanos menciona la importancia de M. bovis en los casos de tuberculosis humana. El consumo de leche no pasteurizada y de carne mal tratada térmicamente y el contacto estrecho con animales infectados representan las principales fuentes de infección para el ser humano. Esta revisión intenta examinar el impacto de la tuberculosis bovina en la salud de los animales y de las personas.
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