La UICN, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, fue creada el 5 de octubre de 1948 en la ciudad francesa de Fontainebleau. Como primera unión mundial del medio ambiente, reunió a gobiernos y organizaciones de la sociedad civil con el objetivo común de proteger la naturaleza. Su objetivo era fomentar la cooperación internacional y proporcionar conocimientos e instrumentos científicos para orientar las acciones de conservación.
Durante la primera década de su existencia, el principal objetivo de la UICN fue examinar el impacto de las actividades humanas en la naturaleza. Señaló los efectos perjudiciales de los plaguicidas sobre la biodiversidad y promovió el uso de evaluaciones de impacto ambiental, que desde entonces se han convertido en la norma en todos los sectores e industrias.
Muchos de los trabajos posteriores de la UICN en las décadas de 1960 y 1970 se dedicaron a la protección de las especies y los hábitats necesarios para su supervivencia. En 1964, la UICN estableció la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN™, que desde entonces se ha convertido en la fuente de datos más completa del mundo sobre el riesgo de extinción global de las especies.
La UICN también desempeñó un papel fundamental en la creación de convenios internacionales clave, como la Convención de Ramsar sobre los Humedales (1971), la Convención del Patrimonio Mundial (1972), la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, (1974) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (1992).
En 1980, la UICN, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), publicó la Estrategia Mundial para la Conservación, un documento pionero que ayudó a definir el concepto de “desarrollo sostenible” y dio forma a la agenda mundial de conservación y desarrollo sostenible.
Las tres organizaciones publicaron una versión posterior de la estrategia, Cuidar la Tierra, en el período previo a la Cumbre de la Tierra de 1992. Sirvió de base para la política medioambiental internacional y orientó la creación de las Convenciones de Río sobre la biodiversidad (CDB), el cambio climático (CMNUCC) y la desertificación (CNULD).
En 1999, a medida que las cuestiones medioambientales seguían ganando importancia en la escena internacional, la Asamblea General de la ONU concedió a la UICN la condición de observador oficial.
A principios de la década de 2000, la UICN desarrolló su estrategia de participación empresarial. Dando prioridad a los sectores con un impacto significativo en la naturaleza y los medios de vida, como la minería y el petróleo y el gas, su objetivo es asegurar que cualquier uso de los recursos naturales sea equitativo y ecológicamente sostenible.
Más adelante en la década de 2000, la UICN fue pionera en las “soluciones basadas en la naturaleza”: acciones para conservar la naturaleza que también abordan los desafíos globales, como la seguridad alimentaria y del agua, el cambio climático y la reducción de la pobreza.
Hoy en día, con la experiencia y el alcance de sus más de 1.300 Miembros -incluyendo Estados, agencias gubernamentales, ONG y organizaciones de pueblos indígenas- y más de 15.000 expertos internacionales, la UICN es la red ambiental más grande y diversa del mundo. Sigue defendiendo las soluciones basadas en la naturaleza como clave para la aplicación de acuerdos internacionales como el acuerdo de París sobre el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.