Arch Ophthalmol. 2011;129(2):167-172.
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Un estudio de bebés prematuros en Suecia sugirió que el cribado inicial de la retinopatía del prematuro puede posponerse con seguridad.
“Recomendamos posponer el primer examen hasta las 31 semanas, lo que reducirá los costes y varios exámenes de estrés en los bebés más pequeños”, dijeron los autores del estudio.
El estudio forma parte de un estudio prospectivo más amplio, de ámbito nacional, sobre bebés extremadamente prematuros en Suecia, que analiza la morbilidad neonatal en 506 bebés nacidos antes de las 27 semanas de gestación durante un periodo de 3 años.
El cribado de la retinopatía del prematuro comenzó en la quinta semana postnatal y se realizó al final de la sexta semana en el 84,8% de los bebés. El examen final no se realizó hasta que se produjo la vascularización completa de la retina o la regresión de la retinopatía del prematuro, lo que ocurrió a una edad postmenstrual de 38 semanas o más tarde en el 96,2% de los niños.
El número medio de exámenes fue de 12, y el tratamiento tuvo lugar entre las edades postmenstruales de 35 semanas y 39 semanas para el 50% de los pacientes. Los autores del estudio recomendaron la vigilancia durante este período de tiempo.
Los bebés inmaduros experimentaron un inicio más temprano del estadio 3 de la RP, pero no antes de una edad postmenstrual de 31 semanas.La edad de gestación al nacer y la edad postmenstrual al inicio de la RP se correlacionaron con la gravedad de la RP.
“La edad gestacional al nacer y en el momento de la exploración debe tenerse en cuenta a la hora de decidir cuándo y dónde debe realizarse la próxima exploración”, señalan los autores del estudio.
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