Un estudio reciente proporciona información sobre los factores que contribuyen a la angustia de las pesadillas. Los resultados sugieren que los individuos con una mayor reactividad emocional -o neuroticismo- experimentan pesadillas más frecuentes y más angustia por pesadillas. El estudio se publicó en Sleep Science.
Aunque las pesadillas son bastante comunes en la población general, el diagnóstico clínico de trastorno de pesadilla sólo se cumple cuando las pesadillas van acompañadas de un grado significativo de angustia. La Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño – Tercera Edición describe diferentes formas en que las pesadillas pueden afectar a la vida cotidiana de los soñadores. Entre ellas se encuentran los flashbacks de las pesadillas durante las horas de vigilia, el miedo a dormirse debido a la anticipación de las pesadillas y las alteraciones del estado de ánimo debidas a los sentimientos persistentes de las pesadillas.
Para explorar lo que podría estar contribuyendo a esta angustia, los investigadores analizaron varios factores. “El objetivo de este estudio”, explican los autores, “era examinar la contribución de las variables sociodemográficas, la frecuencia de las pesadillas y el neuroticismo a la angustia global por las pesadillas”.
Una encuesta en línea fue completada por 2.492 hombres y mujeres de entre 17 y 93 años. Los participantes rellenaron una parte del cuestionario Mannheim Dream para evaluar su angustia por las pesadillas y la frecuencia de las mismas, tanto en la actualidad como en la infancia. La definición de pesadilla que se proporcionó a los sujetos fue la siguiente: “Las pesadillas son sueños con fuertes emociones negativas que provocan el despertar de los sueños. La trama del sueño puede recordarse muy vívidamente al despertar”.
Se utilizó una versión alemana del Inventario de Cinco Factores NEO: la versión de 30 ítems para medir los cinco factores de personalidad de neuroticismo, amabilidad, extraversión, apertura a la experiencia y concienciación.
Los resultados mostraron que alrededor del 9% de los encuestados informaron de pesadillas semanales actuales y el 18% informó de pesadillas semanales en la infancia. Más de una cuarta parte (27%) de los participantes que experimentaron pesadillas informaron de pesadillas recurrentes relacionadas con acontecimientos de su vida de vigilia.
El neuroticismo fue el rasgo de personalidad más fuertemente asociado tanto con la frecuencia de pesadillas como con la experiencia de pesadillas recurrentes, aunque la apertura a la experiencia y la conciencia mostraron pequeñas correlaciones. Las mujeres informaron de más pesadillas que los hombres y también de más angustia por pesadillas. Sin embargo, el efecto del género en la frecuencia de las pesadillas dejó de ser significativo cuando los investigadores controlaron el neuroticismo. Los autores explican que esto está en consonancia con investigaciones anteriores que sugieren que “el neuroticismo es un factor que explica, al menos en parte, las diferencias de género en la frecuencia de las pesadillas”.
También se encontró un efecto de la edad, mostrando que una mayor edad estaba correlacionada con más pesadillas recurrentes y también con más angustia por pesadillas. Los investigadores ofrecen una posible explicación para esto, señalando hallazgos anteriores que muestran que los ancianos que vivieron la Segunda Guerra Mundial informan de una mayor frecuencia de sueños relacionados con la guerra.
Los autores comparten la limitación de que su proceso de reclutamiento puede haber conducido a un sesgo de selección, donde aquellos que estaban más interesados en los sueños pueden haber optado por participar en el estudio. La prevalencia de las pesadillas comunicada por los participantes en este estudio era, en efecto, elevada en comparación con muestras representativas anteriores.
No obstante, los investigadores concluyen que, además de la frecuencia de las pesadillas, factores como el sexo, la edad y el neuroticismo probablemente contribuyen a la angustia de las pesadillas. Sugieren que en futuros estudios se utilicen entrevistas de diagnóstico para evaluar la presencia del trastorno de pesadillas y explorar las variables asociadas al diagnóstico.
El estudio, “Nightmare frequency and nightmare distress: Factores sociodemográficos y de personalidad”, fue redactado por Michael Schredl y Anja S. Goeritz.
(Imagen de Stefan Keller de )
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