Las toallas parecerían ser un objeto tan utilitario que nunca podrían necesitar ningún tipo de optimización. Sin embargo, a medida que sus toallas envejecen, su capacidad de absorción disminuye. Devuélvelas a sus días de gloria con este sencillo truco.
Foto de evelynishere.
Si tienes la costumbre de usar la cantidad de detergente recomendada en el envase, que casi siempre es mucho más de lo que necesitas, y luego le das a las toallas con suavizante o con hojas de secadora te estás preparando para que las toallas pierdan su capacidad de absorción e incluso pueden empezar a apestar.
Así es, la mayoría de las veces las toallas que apestan no son el resultado de no lavar las toallas lo suficiente sino de usar demasiado detergente y suavizante. En pocas palabras: más no es mejor y, con el tiempo, los residuos de jabón pueden acumularse en las fibras de las toallas, lo que hace que no sólo no absorban toda el agua posible, sino que tampoco se sequen tan eficazmente como deberían. Cuando sus toallas parecen tener un olor desagradable inmediatamente después de mojarse de nuevo, el culpable suele ser que no se secan completamente gracias a los residuos de jabón.
¿Qué puede hacer? Salvar tus toallas es tan sencillo como ponerlas en dos cargas calientes. Omita el detergente en ambas cargas, páselas una vez con agua caliente y una taza de vinagre y otra vez con agua caliente y media taza de bicarbonato. El objetivo, tanto si se trata de toallas nuevas como de toallas viejas, es eliminar el residuo de suavizante y detergente de las fibras de la toalla y conseguir que sean lo más absorbentes posible.
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