Una característica que define las luchas de salud mental es que pueden hacer que nos quedemos atrapados en nuestra cabeza. Pero, ¿qué significa exactamente eso de “estar atascado en la cabeza”? Si eres como mucha gente, probablemente se ha vuelto tan natural involucrarse con cada pensamiento y sentimiento que entra en tu mente, que puede que ni siquiera te des cuenta de que lo estás haciendo. Aquí hay algunas señales de que puedes estar pasando demasiado tiempo en tu cabeza…
- Pasas mucho tiempo tratando de averiguar lo que otros están pensando.
- Te preguntas por qué tienes ciertos pensamientos, y tiendes a creer que todos los pensamientos suceden por algún propósito o razón.
- Asumes que todas tus emociones suceden por una buena razón y entonces respondes en consecuencia, evitando cosas cada vez que te sientes ansioso o temeroso, castigándote cada vez que te sientes culpable, arremetiendo contra los demás cada vez que te sientes enojado.
- Centras mucha atención en los pensamientos negativos que tienes sobre ti mismo.
- Revisas incidentes del pasado una y otra vez sin ningún resultado productivo.
- Gasta mucha energía tratando de eliminar la duda y la incertidumbre de situaciones que son inevitablemente inciertas.
- Intenta mentalmente “resolver cosas” que en realidad no pueden ser resueltas.
- Se preocupa por circunstancias que no pueden ser cambiadas, o al menos no pueden ser cambiadas por ninguna actividad mental de su parte.
- Te centras en pensamientos rígidos e inflexibles sobre una situación que sólo te hacen estar más molesto.
- En general, pasas mucho tiempo tratando de controlar tu experiencia mental, intentando deshacerte de, o evitar, los pensamientos y sentimientos que no te gustan.
Si algo de esto te resulta familiar, puede que estés pasando demasiado tiempo en tu cabeza. Pero ten por seguro que hay esperanza. Puedes aprender a dirigir tu atención hacia otras partes de la vida. Aquí tienes unos cuantos consejos rápidos que te ayudarán a practicar para salir de tu cabeza. Para aquellos que son maestros en vivir en su cabeza, tenga en cuenta que estas habilidades pueden requerir mucho tiempo y práctica.
Atrápese en el hábito: Comience a notar qué pensamientos tienden a “engancharlo”. Lo más probable es que encuentres un patrón, con los mismos tipos de pensamientos que acaparan tu atención una y otra vez. El truco para desengancharte de estos pensamientos es dejar de intentar deshacerte de ellos (esto sólo empeora las cosas). Reconoce su existencia y deja que se queden en tu cabeza si quieren. Pero no les prestes atención. No les respondas. No discutas con ellos. Y no los tomes demasiado en serio.
Ponte en contacto con tus sentidos: Cuando notes que te enganchas a los pensamientos, intenta volver a conectar con el mundo exterior, con el mundo de tus cinco sentidos. Comprueba si puedes notar tres sonidos diferentes en tu entorno en los que no habías reparado, o tres objetos en tu visión de los que no eras consciente. ¿Puedes identificar algún olor? ¿Qué texturas puedes sentir con los dedos? Si puedes centrarte en estas cosas, notarás que tu conciencia vuelve al mundo fuera de tu cabeza.
Tómate un tiempo para centrarte en lo que es importante para ti: Ponte en contacto con tus valores. Recuerda quién y qué es importante para ti. Observa si puedes notar algún comportamiento o actividad que te acerque a estas cosas. Pregúntate qué haría la persona que quieres ser con su tiempo. Y comprueba si puedes empezar a dedicar más tiempo a estas cosas. Esto le ayudará a centrar su atención en lo que quiere hacer, en lugar de en lo que no quiere hacer.
Intente estos consejos, pero no se frustre si el cambio no resulta fácil. El cambio es un trabajo duro. De eso no hay duda. Pero con un poco de práctica puedes aprender a pasar menos tiempo en tu cabeza. Y más tiempo viviendo tu vida.