Si eres una persona a la que le gusta ir de excursión, montar en bicicleta, trabajar en el jardín, correr o hacer prácticamente cualquier actividad física, es probable que estés bastante familiarizado con la aparición de ampollas.
Estas burbujas cutáneas llenas de líquido pueden formarse hipotéticamente en cualquier parte del cuerpo, pero tienden a formarse en lugares con un estrato córneo grueso (la capa más externa de la piel) como las palmas de las manos o las plantas de los pies. Son el resultado de un objeto (como una bota o el mango de una pala) que aplica una fuerza sobre nuestra capa externa de la piel, haciendo que se corte o se separe de las capas internas.
El espacio creado por esta separación de la piel se llena entonces de líquido debido a la presión hidrostática. El líquido suele ser transparente y similar al plasma sanguíneo (aunque contiene menos proteínas), pero si la división de la piel atraviesa varias capas, la ampolla puede llenarse de sangre en su lugar.
La piel húmeda es más propensa a generar ampollas que la piel húmeda o seca, gracias a las fuerzas de fricción. Cuando la piel está húmeda, el agua puede actuar como agente lubricante entre un objeto y la piel. Del mismo modo, cuando la piel está seca, el roce repetido contra la piel seca provoca la exfoliación y la acumulación de una fina capa de células cutáneas muertas que sirven de lubricante. Pero cuando la piel está húmeda, las células muertas se adhieren a la piel y no pueden actuar como lubricantes.
¿Qué debe hacer cuando le sale una ampolla? Lo ideal es no hacer nada. Las ampollas tardan aproximadamente entre 7 y 10 días en curarse y no suelen dejar cicatriz. Sin embargo, pueden infectarse si se exponen a bacterias. Si no revienta una ampolla, ésta permanece en un entorno estéril, eliminando prácticamente cualquier riesgo de infección.
Pero, si una ampolla está en un lugar que no puede evitar ser reventado, o si es dolorosa, drenarla (¡con cuidado!) es una opción. Preferiblemente, haga que un experto médico la drene por usted, pero de cualquier manera, ¡asegúrese de no arrancar la parte superior de la ampolla! Sirve como apósito biológico sobre la herida y ayuda a mantenerla libre de bacterias.
Tanto si la revientas como si no, puedes cubrir tus ampollas con un vendaje para ayudar a amortiguarlas, pero los antibióticos tópicos no son necesarios. Sin embargo, siempre puedes probar un enfoque no convencional como cubrir tus ampollas con cianoacrilato, ¡o súper pegamento! Al menos un estudio ha descubierto que es más eficaz para reducir el dolor de las ampollas en los soldados y ha elogiado su capacidad para mantenerse durante muchos días.
@AdaMcVean