Pros y contras de la atención virtual

Pros de la atención virtual

Vivimos en la era de la atención virtual. Con más de 2/3 de los estadounidenses que utilizan teléfonos inteligentes y tabletas, la revolución móvil ha ayudado a que la adopción de un software de atención virtual sea mucho menos costosa y tecnológicamente compleja que en el pasado. Muchas soluciones modernas de software de atención virtual sólo requieren un ordenador o un teléfono inteligente, y una conexión a Internet para completar una visita de atención virtual.

La atención virtual puede ampliar su base de pacientes.

Con la atención virtual, un paciente puede obtener atención médica conveniente desde la comodidad de su propia casa. Esto permite a muchos pacientes acceder a especialistas a los que normalmente no podrían acudir para recibir tratamiento.

Los hospitales y los sistemas de salud pueden aprovechar esto para ampliar su base de pacientes y fortalecer las relaciones con los pacientes existentes. La atención virtual permite a los especialistas conectar con los pacientes fuera de su región geográfica, lo que resulta especialmente eficaz en:

  • Seguimiento postquirúrgico
  • Salud conductual
  • COVID-19
  • Atención urgente
  • Triaje de urgencias

La atención virtual es rentable.

La atención virtual suele ser una alternativa menos costosa que las visitas en el consultorio, tanto para los pacientes como para los proveedores.

Un estudio realizado en 2015 descubrió que la visita media al centro de salud le cuesta a un paciente 43 dólares solo en tiempo perdido, lo que se suma a la factura médica real del paciente. Eliminar el tiempo que pasan sentados en la sala de espera y los desplazamientos a la clínica puede ser un gran beneficio para ellos, especialmente si tienen una enfermedad crónica que requiere citas frecuentes.

Muchas plataformas de atención virtual tienen funciones de inscripción y programación de pacientes que agilizan la reserva de citas virtuales. Un sistema de facturación integrado también hace que los cobros de los pacientes para las citas virtuales sean sencillos, sin gastar tiempo o dinero en enviar facturas en papel.

La atención virtual puede permitir a los proveedores tener visitas de seguimiento o controlar a los pacientes crónicos con un menor compromiso de tiempo que una visita en la oficina. Ofrecer visitas virtuales también puede ayudarle a reducir las tasas de inasistencia y de retraso en las citas, ayudándole a racionalizar su agenda de citas y a evitar la pérdida de tiempo.

Lea más: Cómo la telemedicina resuelve el costoso problema de las inasistencias

Involucre a los pacientes y obtenga mejores resultados de los mismos.

Poder controlar a un paciente de forma remota permite a los proveedores reforzar la adherencia al tratamiento, lo que puede ser una parte crucial para prevenir ingresos hospitalarios innecesarios y mantener la salud del paciente.

Si un paciente tiene preguntas sobre una medicación o cree que debe cambiar su plan de tratamiento, la atención virtual le permite consultar rápida y cómodamente a su proveedor para que le oriente. Esto ayuda a mejorar la adherencia, lo que en última instancia conduce a mejores resultados para el paciente.

La atención virtual también puede ser una gran herramienta para ayudar a los pacientes a sentirse más a cargo de su salud, una confianza vital para una buena salud de por vida.

Para conocer más ventajas de la telemedicina, lea 13 razones para adoptar la telemedicina.

Contrarios de la atención virtual

Aunque muchos son optimistas sobre el potencial de la atención virtual, otros en la industria todavía tienen algunas preocupaciones. La tecnología de la atención virtual ha avanzado mucho, pero no es perfecta. Y con la vertiginosa velocidad a la que se está desarrollando la tecnología de la telesalud, el panorama normativo ha tenido dificultades para seguir el ritmo.

Las desventajas más evidentes de la atención virtual tienen que ver con la continua necesidad de contar con políticas y normas más claras y racionalizadas en torno a la práctica de la telesalud para facilitar su implantación.

1. Barreras normativas y del sector.

La normativa sobre telemedicina varía de un estado a otro y puede ser difícil de descifrar. Las exenciones COVID-19 puestas en marcha en 2020 también enturbiaron las aguas. Cuando esas exenciones expiren, los expertos en reembolso de su sistema tendrán que evaluar y actualizar sus procesos.

Algunas herramientas caen en una zona gris de seguridad, y los líderes sanitarios pueden preocuparse de que la privacidad del paciente no esté adecuadamente protegida. Los problemas del sector de la sanidad móvil, como la falta de interoperabilidad de los sistemas de HCE, pueden complicar aún más el uso de la atención virtual. Algunos profesionales son reacios a utilizar la telemedicina cuando parece que el sector está en constante cambio.

El examen físico es limitado.

Hasta hace relativamente poco tiempo, la tecnología de comunicación por vídeo en directo no estaba lo suficientemente avanzada como para permitir una atención médica integral. Hoy en día, la mayoría de los pacientes y proveedores tienen fácil acceso a la tecnología que permite realizar videoconferencias de alta calidad. Pero para algunos proveedores, una visita virtual puede no parecer suficiente para diagnosticar o tratar a un paciente.

Aunque la atención virtual puede ser muy eficaz para muchas afecciones menores, los médicos pueden no sentirse cómodos realizando un examen a través del videochat. Algunos pacientes también pueden ver esto como una razón para elegir la visita en persona en lugar de las citas virtuales.

Equipos y tecnología de telemedicina.

La telemedicina facilita muchos servicios de salud a distancia, incluyendo la monitorización de pacientes crónicos, las citas de terapia y los cuidados postoperatorios. Todos estos servicios funcionan con software y hardware que a veces pueden ser costosos, ya que requieren formación para su uso, la contratación de personal informático adicional y la compra de servidores u otros equipos auxiliares además del software.

Además, como ocurre con toda la tecnología, se producen fallos. Si surgen problemas durante una visita virtual, la comunicación se detiene. Ese riesgo puede ser suficiente para que algunos se alejen de las plataformas de telesalud.

Puede que haya una base de pacientes que no tenga conocimientos informáticos, o que les preocupen los costes del equipo y la configuración. Otros simplemente no pueden encontrar una plataforma de telesalud fácil de usar que se adapte a sus necesidades.

Estas ventajas y desventajas de la atención virtual siempre cambian con la tecnología, pero todas reflejan principios antiguos. Cuando una plataforma de atención virtual tiene un bajo coste de entrada, poco riesgo financiero y características de seguridad eficaces, su utilización mejora, los resultados de los pacientes mejoran y los costes sanitarios disminuyen.

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