Los hechos
Dado que las personas con presión arterial alta (hipertensión) son mucho más propensas que otras a morir prematuramente de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, se podría pensar que la presión arterial baja sería algo bueno. Sin embargo, una presión arterial anormalmente baja, también llamada hipotensión, también puede causar problemas.
En el nivel más básico, la hipotensión puede causar mareos o visión borrosa, lo que puede aumentar el riesgo de caídas o contribuir a los accidentes. En casos más graves, reduce el flujo sanguíneo al cerebro y a otros órganos vitales. Esto disminuye la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan a estos órganos y perjudica su capacidad para llevar a cabo las funciones normales. La hipotensión también puede indicar un problema de salud subyacente más grave.
A medida que la sangre se desplaza por el cuerpo, presiona contra las paredes de los vasos sanguíneos, como el agua en una manguera o el aire en un neumático. Esto se denomina presión arterial. Cuando el corazón late (se contrae), exprimiendo la sangre y bombeándola hacia las arterias, la presión sanguínea alcanza un máximo. Esto se llama presión sistólica. Entre los latidos, cuando el corazón se relaja y la sangre vuelve a entrar en él, la presión arterial es más baja. Esta es su presión diastólica.
La lectura de la presión arterial mide estas dos presiones y las expresa en dos números, la presión sistólica y la presión diastólica. La presión arterial normal para los adultos es inferior a 120/80 mm Hg (mm Hg significa “milímetros de mercurio”, en referencia a un dispositivo de medición de la presión similar a un termómetro).
La presión arterial cambia a lo largo del día y varía de una persona a otra. Hay varios factores que afectan a la presión arterial, como la posición del cuerpo, el ritmo de la respiración, el nivel de estrés, la actividad física, los medicamentos, lo que se come o bebe y el momento del día (la presión arterial suele ser más baja por la noche, cuando se duerme, y aumenta cuando se despierta). En las personas sanas, el organismo responde y se adapta a estos cambios para mantener la tensión arterial dentro de unos límites normales. Esto garantiza que los órganos vitales, como el cerebro y los riñones, reciban un flujo sanguíneo y un suministro de nutrientes constantes.
Cuando la presión sistólica cae por debajo de 90 mm Hg y la presión diastólica cae por debajo de 60 mm Hg, esto se clasifica como presión arterial baja. Algunas personas pueden tener la presión baja todo el tiempo y esto puede ser normal para ellas. Si no experimentan ningún otro signo o síntoma, es posible que no necesiten tratamiento médico. La presión arterial baja se convierte en una preocupación cuando va acompañada de síntomas notables, como mareos, desmayos y, en casos graves, shock. Cuando esto ocurre, las personas deben buscar atención médica para determinar si una condición subyacente puede ser responsable de su hipotensión.
Causas
La hipotensión se produce cuando el cuerpo es incapaz de mantener la presión arterial dentro de un rango saludable. La hipotensión puede ser causada por una variedad de factores y puede afectar a personas de todas las edades. Sin embargo, hay ciertos tipos de hipotensión que son más propensos a afectar a ciertos grupos de edad que a otros.
La hipotensión ortostática se produce cuando hay una caída repentina de la presión arterial cuando una persona se levanta desde una posición sentada o acostada. Esto afecta más comúnmente a los adultos mayores.
La hipotensión neuralmente mediada (HNM) se produce cuando una persona ha estado de pie durante un largo periodo de tiempo o después de tener una experiencia desagradable o molesta. Esto se conoce comúnmente como desmayo. Los niños pequeños son más propensos que los adultos a experimentar esta forma de hipotensión, y a menudo superan la HNM o la tendencia a desmayarse fácilmente.
La presión arterial baja puede producirse en algunas personas después de comer. Esto se denomina hipotensión postprandial.
Otros factores pueden causar presión arterial baja:
- deshidratación: Cuando los fluidos corporales se pierden a un ritmo más rápido de lo que pueden ser reemplazados, la presión arterial de una persona puede caer. La deshidratación puede estar causada por vómitos, fiebre, diarrea grave o ejercicio extenuante.
- Ciertas afecciones médicas:
- trastornos tiroideos
- Enfermedad de Adison
- hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre)
- problemas cardíacos (por ejemplo, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad cardíaca valvular, una frecuencia cardíaca muy baja)
- trastornos del sistema nervioso (por ejemplo, enfermedad de Parkinson) – pueden afectar a la comunicación entre su cerebro y el bombeo rítmico de su corazón
- medicamentos: Ciertos medicamentos utilizados para tratar la presión arterial alta, la angina de pecho, la enfermedad de Parkinson o la depresión aumentan el riesgo de desarrollar hipotensión.
- embarazo: El sistema circulatorio de una mujer cambia mientras está embarazada. Los vasos sanguíneos se expanden ligeramente, disminuyendo la presión arterial. Estos cambios suelen desaparecer después del parto.
- shock: La forma más grave de hipotensión es el shock. Se produce cuando la presión arterial desciende a niveles peligrosamente bajos, lo que perjudica gravemente el flujo sanguíneo adecuado a los órganos vitales, como el cerebro y los riñones. El shock puede estar causado por una gran pérdida de sangre (por ejemplo, causada por una hemorragia externa o interna), infecciones graves, quemaduras o reacciones alérgicas.
Síntomas y complicaciones
En ciertos casos, las personas pueden experimentar una presión arterial baja pero sentirse bien por lo demás. La hipotensión se convierte en una preocupación cuando va acompañada de uno o más de los siguientes síntomas:
- Visión borrosa
- Frío, humedad, piel pálida
- confusión
- mareos
- desmayo
- respiración acelerada
- latidos cardíacos acelerados
- fatiga
- incapacidad para concentrarse
- mareos
- náuseas
- sueño
- debilidad
En caso de shock, una persona puede experimentar al principio cualquiera de los signos o síntomas anteriores. Con el tiempo, sin atención médica inmediata, la persona puede quedar inconsciente.
Diagnóstico
La presión arterial baja la diagnostica un médico cuando comprueba la presión arterial con un esfigmomanómetro. En el caso de las personas que experimentan una presión arterial baja sin otros síntomas, es posible que sólo requiera un control regular por parte de un médico durante los exámenes de rutina, y es posible que no sea necesario un tratamiento médico. Si ciertos signos sugieren una condición subyacente, su médico puede recomendar una o más de las siguientes pruebas para diagnosticar una causa de su hipotensión:
- análisis de sangre – proporcionará información sobre la salud general de una persona
- electrocardiograma (ECG) – mide la actividad eléctrica del corazón y ayuda a identificar posibles problemas que afectan al suministro de sangre y de oxígeno al corazón
- ecocardiograma – proporciona información sobre el tamaño, la forma, y el funcionamiento del corazón
- prueba de esfuerzo – examina la capacidad de funcionamiento de su corazón cuando se le somete a un esfuerzo físico o a una medicación que simula el efecto del ejercicio sobre el corazón
- Maniobra de Valsalva – pone a prueba el componente autónomo de su sistema nervioso que es responsable de controlar su ritmo cardíaco y su presión arterial (consiste en exhalar con fuerza desde los pulmones sin dejar que el aire salga por la boca o la nariz.)
- Prueba de la mesa basculante – suele recomendarse si su médico sospecha que puede tener hipotensión ortostática o HNM (Durante esta prueba diagnóstica, una persona se tumba en una mesa y luego ésta se inclina para elevar la parte superior de su cuerpo. Esto simula el cambio de posición de estar sentado o tumbado a estar de pie. Las personas con hipotensión ortostática o HNM pueden sentirse mareadas, aturdidas o incluso desmayarse cuando cambian de posición.)
Tratamiento y prevención
Dependiendo de la(s) causa(s) de su presión arterial baja, ciertas modificaciones en el estilo de vida o medicamentos podrían ayudar a prevenir y reducir sus síntomas. Si hay una condición médica subyacente, el control de la condición médica resolverá la presión arterial baja.
Hay algunos cambios en el estilo de vida que pueden ayudar con la presión arterial baja:
- Beba más líquidos, como agua, para ayudar con la deshidratación. Limite su consumo de alcohol. Incluso con moderación, el alcohol puede provocar deshidratación.
- Use medias de compresión para evitar que la sangre se acumule en las extremidades inferiores y ayudar a mejorar el flujo sanguíneo en todo el cuerpo.
- Cambie de posición lentamente. Tómese su tiempo cuando se ponga de pie.
- Aumentar la ingesta de sal puede ayudar con la presión arterial baja. Pero el consumo excesivo de sal puede provocar un aumento poco saludable de la presión arterial. Estos cambios en la dieta sólo deben realizarse si se lo recomienda su médico.
- Su médico puede recomendarle cambios en sus medicamentos si éstos son la causa de su hipotensión. La fludrocortisona* y la midodrina son dos medicamentos que su médico puede prescribir en circunstancias especiales para ayudar a controlar la presión arterial baja.
- En caso de shock, busque tratamiento médico de urgencia inmediatamente. El shock pone en peligro la vida y debe ser tratado por personal médico.
*Todos los medicamentos tienen nombres comunes (genéricos) y de marca. El nombre de marca es lo que un fabricante específico llama al producto (por ejemplo, Tylenol®). El nombre común es el nombre médico del medicamento (por ejemplo, paracetamol). Un medicamento puede tener muchas marcas, pero sólo un nombre común. Este artículo enumera los medicamentos por su nombre común. Para obtener información sobre un medicamento determinado, consulte nuestra base de datos de información sobre medicamentos. Para más información sobre los nombres de marca, hable con su médico o farmacéutico.