Editor,-Torrance et al informaron sobre la experiencia de los médicos genitourinarios en el uso de acompañantes en las clínicas de medicina genitourinaria,1 y Bignell amplió el debate y sugirió que se estudiara más a fondo si los exámenes genitales masculinos deberían ser acompañados con más frecuencia.2 Hemos llevado a cabo un pequeño estudio prospectivo con un cuestionario para nuevos pacientes masculinos en el que se preguntaba tanto por el sexo del médico que los examinaba como por la preferencia por un acompañante.
En total, 94 pacientes fueron interrogados por KB o CM tras el examen clínico. Ochenta y seis pacientes fueron examinados por un médico varón y ocho por una mujer. Dos de los pacientes del médico varón habrían preferido un médico mujer, pero ninguno de los pacientes de la médica mujer, aunque son pocos, habrían preferido un varón. Cincuenta y dos pacientes fueron acompañados y un paciente decidió posteriormente que hubiera preferido no serlo. Ninguno de los 42 pacientes no acompañados habría preferido que estuviera presente un acompañante, y el sexo del acompañante no parecía ser importante, aunque en este pequeño estudio una mujer acompañante estuvo presente con una doctora en sólo dos ocasiones.
El número y el porcentaje de pacientes que se sintieron satisfechos de ser examinados con una chaperona presente según el sexo del médico y de la chaperona, se resumen en la tabla 1.
En conclusión, parece que en este estudio nuestros pacientes masculinos se sienten generalmente cómodos con los exámenes genitales realizados por médicos de cualquier sexo, y no expresan el deseo de que esté presente una chaperona. Obviamente, no hemos abordado la cuestión de si puede ser deseable o no, desde el punto de vista del médico, que esté presente un acompañante.3
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