La investigación sobre las expresiones faciales desafía la forma en que pensamos sobre el autismo

Los investigadores del autismo están empezando a pensar que los rostros autistas y no autistas pueden “hablar un lenguaje diferente” cuando transmiten emociones. Esto podría significar que las “dificultades sociales” que a menudo se asocian con el autismo pueden, al menos en parte, ser el resultado de las diferencias en las expresiones faciales producidas por personas autistas y no autistas. Significa que quizá debamos replantearnos la idea de que los autistas tienen dificultades para expresar sus emociones y, en cambio, considerar que las personas no autistas pueden tener problemas para leerlas.

La capacidad de leer las expresiones faciales es una parte esencial de la comunicación no verbal. Si sólo escuchas lo que dice una persona y no puedes leer lo que te dice su cara, entonces puede que sólo tengas la mitad de la historia. Piensa en alguna ocasión en la que hayas dicho que estabas “bien”, pero tu expresión facial decía lo contrario.

Ser capaz de leer la expresión facial de alguien es crucial para las buenas relaciones interpersonales. Si no se sabe leer la expresión facial de alguien, se pueden dar respuestas sociales que no son socialmente ventajosas, aconsejables o “correctas”.

Si, por ejemplo, no puedes leer la expresión de tristeza de alguien, puede que no le proporciones tranquilidad, palabras de consuelo o un abrazo. Y si no puedes saber que alguien está enfadado contigo por su expresión, puede que no te disculpes por tus acciones. En ambos casos, esto podría conducir a interacciones sociales menos exitosas y a una mayor dificultad social.

Una interacción bidireccional

Según la National Autistic Society, el autismo (incluido el síndrome de Asperger) es una condición de desarrollo que dura toda la vida y que afecta a “la forma en que una persona se comunica y se relaciona con otras personas” y con el mundo que le rodea. Muchos estudios han demostrado que los autistas suelen tener dificultades para leer las expresiones faciales de las personas neurotípicas (no autistas). Históricamente, estas dificultades se han enmarcado como una característica del autismo que conduce a problemas sociales.

Nuestro artículo recién publicado argumenta que este punto de vista ignora que las interacciones sociales son exactamente eso: una interacción entre individuos. Dado que las interacciones son necesariamente al menos bidireccionales, es importante que también pensemos en lo bien que las personas neurotípicas leen las expresiones faciales de los autistas.

Los resultados de dos estudios recientes sugieren que a muchas personas neurotípicas les resulta difícil leer e interpretar las expresiones faciales y los movimientos corporales de los autistas.

Entonces, ¿por qué las personas neurotípicas y autistas tienen dificultades para leer las expresiones faciales de los demás? Una razón podría ser que los autistas y los neurotípicos producen expresiones faciales diferentes.

Diferencias en las expresiones faciales

Aunque los investigadores aún no saben exactamente en qué se diferencian las expresiones faciales producidas por estos grupos, nuestra revisión de la literatura sugiere que puede haber diferencias en la apariencia, frecuencia y duración de las expresiones faciales. Por supuesto, no todos los autistas son iguales y habrá algunos que realicen expresiones faciales realmente similares a las neurotípicas. Sin embargo, en general parece que los rostros autistas y neurotípicos pueden transmitir la emoción de manera diferente.

Cuando se siente triste, por ejemplo, una persona autista puede mover su cara en una expresión que no sería utilizada por la mayoría de las personas neurotípicas – por el video de abajo. Debido a que esta expresión es diferente de lo que una persona neurotípica puede esperar ver, podrían no reconocer que la persona autista se siente triste.

De la misma manera, debido a que la persona neurotípica expresa su tristeza de una manera diferente a la de la persona autista, la persona autista podría no reconocer la tristeza de la persona neurotípica. En ambos casos, es posible que no consuelen al otro ni aprecien la respuesta.

¿Por qué es esto importante?

Esto significa que lo que antes se consideraba como “déficits sociales” en las personas autistas puede reflejar en realidad un desajuste en las expresiones faciales producidas por las personas autistas y neurotípicas. Esto es realmente crucial, ya que quita el elemento de culpabilidad a la persona autista y en su lugar propone que estas dificultades son producto de las diferencias autistas y neurotípicas.

También puede haber algunos resultados realmente prometedores de estos hallazgos. Por ejemplo, en el futuro, los cuidadores y los médicos podrían ser entrenados para “leer el lenguaje” de las expresiones faciales autistas, lo que llevaría a una reducción de las dificultades de interacción social. Dado que las investigaciones sugieren que las expresiones autistas pueden ser únicas para cada individuo, es posible que estos programas de apoyo deban ser personalizados para cada persona autista.

Estos hallazgos también tienen implicaciones para el diagnóstico clínico del autismo. En la actualidad, los Trastornos del Espectro Autista se diagnostican mediante la observación de la capacidad social y el comportamiento por parte de un clínico cualificado. Es importante destacar que un clínico no autista puede evaluar a alguien como carente de expresiones faciales, cuando, en realidad, estas expresiones son simplemente diferentes a las que ellos mismos producirían; un estilo diferente de expresión emocional se interpreta falsamente como una falta de expresión emocional.

Puede que sea el momento de replantear la idea de “dificultades sociales” en el autismo y pasar de la idea de “déficit” a la de “diferencia” entre las interacciones entre autistas y neurotípicos.

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