¿Las duchas largas y calientes son malas para la piel?

A veces el mundo es cruel. Los alimentos más sabrosos son malos para tu salud, las cosas más finas son malas para tu cartera y las duchas largas y calientes, por desgracia, son malas para tu piel. Pero, ¿cómo puede algo tan aparentemente benigno como el agua caliente causar problemas en la piel? Para responder a esa pregunta, empecemos por echar un vistazo a la estructura de su piel.

Mientras que su piel está formada por tres capas, incluyendo la subcutis y la dermis, las duchas calientes afectan a la capa más externa, la epidermis. La epidermis está compuesta en su mayor parte por células cutáneas cargadas de queratina, la misma sustancia que compone el pelo y las uñas. Estas células, llamadas queratinocitos, no sólo proporcionan una dura defensa contra el medio ambiente, sino que también ayudan a la piel a retener la humedad. Para ayudar a los queratinocitos a retener la humedad de la piel, el cuerpo produce una fina capa de grasa. Juntos, la capa más externa de células de la piel y el aceite forman el estrato córneo, y es esta capa la que sufre una paliza durante una ducha caliente.

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En primer lugar, el calor de la ducha hace que los aceites de la piel se ablanden, al igual que la mantequilla se ablanda y se derrite cuando se calienta. Si se añade un poco de jabón a la mezcla, la barrera de grasa de la piel se desprende en un abrir y cerrar de ojos. Por supuesto, esto no es del todo malo; esa misma barrera de aceite atrapa la suciedad y el sudor, lo que provoca el olor corporal. No obstante, sin esos aceites, la humedad de la piel se escapa fácilmente, lo que provoca sequedad y picor. Cuanto más larga y caliente sea la ducha, más rápido se producirá este proceso y más humedad perderá.

Una vez que salga de la ducha, puede notar que su piel se enrojece y le pica, una señal segura de que su piel ha empezado a secarse. Si te duchas regularmente con agua caliente, también puedes notar parches de piel seca que se sienten escamosos o incluso empiezan a agrietarse. Por desgracia, el aire seco del invierno no hace más que agravar el problema, ya que absorbe aún más humedad de la piel, así que intenta evitar la tentación de una ducha caliente cuando la temperatura cae en picado. La buena noticia es que, con unos pocos cambios en su rutina diaria, la mayoría de la gente puede tratar fácilmente la piel seca por sí misma. Siga leyendo para saber cómo hacerlo.

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