Dos estudios identificados asignaron al azar a un total de 122 participantes con afecciones neurológicas que compararon los MP frente a la ausencia de MP. Los datos de 121 participantes estaban disponibles para el análisis. Ambos estudios tenían un bajo riesgo de sesgo. Un estudio con 20 participantes (40 extremidades) midió la movilidad de la articulación del tobillo e informó una diferencia media entre los grupos de cuatro grados (intervalo de confianza [IC] del 95%, dos a seis grados) a favor del grupo experimental. Ambos estudios midieron la espasticidad con la Escala de Ashworth modificada, pero los resultados no se agruparon debido a la heterogeneidad clínica. Ningún estudio informó una reducción clínica o estadísticamente relevante de la espasticidad con los MP. En un estudio, la diferencia media en una Escala de Ashworth Modificada de 48 puntos para los miembros superiores fue de uno de 48 puntos (IC del 95%: menos dos a cuatro puntos), y en el otro estudio, la diferencia media en una Escala de Ashworth Modificada de seis puntos para los músculos flexores plantares del tobillo fue de cero puntos (IC del 95%: menos uno a cero puntos). En ambos estudios, una diferencia negativa entre grupos indicó una reducción de la espasticidad en el grupo experimental en comparación con el grupo de control. Un estudio con un total de 102 participantes investigó los efectos a corto plazo sobre el dolor. La diferencia media en una escala de dolor de cero a 24 puntos fue de -0,4 puntos a favor del grupo de control (IC del 95%: -1,4 a 0,6 puntos). El nivel de evidencia GRADE sobre los efectos de los MP en la movilidad articular, la espasticidad y el dolor es muy bajo. Ningún estudio examinó la calidad de vida, las limitaciones de la actividad o las restricciones de la participación, ni informó de ningún acontecimiento adverso.
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