Por Danielle Staub, MS, RD, CDN
Dietista de Enfermedades Digestivas
Cuando se trata de la salud intestinal, hay mucha información con respecto a lo que debe o no debe comer o complementar. También hay mucho bombo en torno a los probióticos y los prebióticos. Echemos un vistazo a los hechos.
Probióticos
Los probióticos son cultivos vivos, al igual que los que se encuentran naturalmente en su intestino. Están en el punto de mira debido a su potencial para mejorar la digestión general y la función intestinal, además de una serie de trastornos gastrointestinales. Desgraciadamente, todavía es necesario investigar para aclarar el papel de los probióticos específicos en diferentes poblaciones de pacientes (¡esté atento!).
¿Qué son los prebióticos y para qué sirven?
Por otro lado, los prebióticos son diversos alimentos de su dieta que pueden estimular el crecimiento y el equilibrio de las bacterias saludables en el colon. Por ejemplo, las bacterias beneficiosas: bifidobacterias y lactobacilos. Las fibras prebióticas no son digeribles y se fermentan en el colon en ácidos grasos de cadena corta, que proporcionan energía a las células que recubren la pared del intestino. Esto es potencialmente protector contra el cáncer de colon y otras enfermedades. Otros beneficios potenciales para la salud de los prebióticos son:
- Aumento de la absorción de minerales como el calcio
- Reducción de bacterias potencialmente patógenas
- Pérdida/mantenimiento del peso debido al aumento de la saciedad
Los prebióticos en su dieta
Los prebióticos se encuentran de forma natural en alimentos como el puerro, espárragos, raíz de achicoria, alcachofas de Jerusalén (sunchokes), plátano, ajo, cebollas, alimentos integrales, avena y soja.
Cómo pueden influir los prebióticos en los síntomas gastrointestinales
Los prebióticos no son ciertamente apropiados para todo el mundo y, de hecho, pueden empeorar los síntomas del Síndrome del Intestino Irritable, ya que la fermentación rápida puede causar gases, hinchazón, diarrea o estreñimiento en los pacientes que son sensibles. Si tiene sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) o intolerancia a los FODMAPs, los prebióticos tampoco son recomendables.
En conclusión
Aunque todavía hay mucho que aprender sobre el papel de los prebióticos y probióticos en nuestras dietas, lo mejor es tratar de incluir algunas porciones de estos alimentos beneficiosos cada día – así que considere asar las alcachofas de Jerusalén (saben como las patatas) y mezclarlas en una ensalada o cambiar a pan o pasta 100% integral, comer avena para el desayuno con plátano, o asar algunos espárragos como acompañamiento de la cena.